Ironman Brasil 2015
A finales del 2012 me tocó organizar una carrera de 5k en la empresa donde trabajaba y como organizador pensé que debía participar, al fin y al cabo que tan difícil sería correr un 5k. El día de la carrera estaba listo para correr y hacer un buen papel, a final de cuentas yo estaba organizando el evento. Estábamos esperando el disparo de salida alrededor de 2000 personas (entre empleados y familiares) y yo estaba casi al frente de todo el grupo; eran solo 5kms…
Al escuchar el disparo de salida empiezo a correr y me sentí muy bien el primer kilómetro aunque un poco agitado. Pensé en bajar el paso para correr “inteligentemente” los restantes 4kms. En el Km 2.5 ya no tenía aire ni piernas para seguir corriendo, la gente me empezó a rebasar, uno tras otro y a partir del km 3 empecé a caminar porque mi cuerpo ya no daba más. Terminé los 5kms sin aire, con las piernas adoloridas pero principalmente con el orgullo en el suelo. Toda mi vida competí en natación y ahora no podía correr ni un 5k. En ese momento me di cuenta que tenía que hacer cambios en mi estilo de vida y que ese cambio tendría que ser importante. Un par de días después llamé a mi hermano (con quien nadé toda la vida) y le dije “no sé cómo ni cuándo pero voy a hacer un Ironman, te apuntas?” y afortunadamente mi hermano me siguió la corriente y así empezamos juntos.
Mi entrevista inicial con el coach:
Coach: ¿Qué onda, que planes tienes?
Yo: Quiero hacer un Ironman pero no traigo nada. El deporte que domino es natación pero tengo años desde que dejé de entrenar. La última vez que me subí a una bici fue a los 14 años….y no era de cambios…es más, nunca tuve una bici de cambios; y carrera….creo que puedo correr 2 kms sin tener que caminar.
Coach: Ok, cómprate la bici e inscríbete al Medio Ironman de Cozumel, que es en 6 meses.
Yo: Creo que no me expliqué bien. No puedo ni con un 5k, no sé manejar una bici de cambios y tengo años sin nadar. Dudo mucho que pueda nadar 1.8km, rodar 90km y correr 21K (todo junto) en 6 meses.
Coach: Te veo mañana a las 5:30am para hacer tu prueba de 5k y te doy de alta en la plataforma para que empieces a ver los entrenamientos. Metete a active.com e inscríbete ya al medio iron de Cozumel y pongámosle un año para hacer el Ironman. Te veo mañana.
Yo: (…este wey no entiende todavía…) Ok coach, te veo mañana.
Primer paso para convertirte en un Ironman….¡Levantate de la cama!
No es fácil equilibrar un deporte de este tipo con trabajo y familia por lo que debes de sacrificar horas de sueño para tener tiempo de entrenar y continuar con el resto del día. Las primeras semanas son un martirio, levantarte a las 4:30am cuando todo mundo está durmiendo no es fácil pero lo más difícil de todo es no hacerle caso a la voz interior que te dice cuando suena el despertador “apaga ese despertador, vamos a dormir un poco más…hace frio, mejor quédate en la cama y empiezas a entrenar mañana…o pasado mañana…no hay prisa”. Esa lucha con tu voz interna dura semanas hasta que finalmente tu voz interior entiende que ya no es una obligación levantarte, sino una necesidad porque ya lo hiciste un hábito. Ya cuando logras que suene el despertador y tu voz interior te diga “levántate porque si no lo haces vas a estar reclamando todo el día que no entrenaste hoy”, quiere decir que ya estás del otro lado y empiezas a disfrutar cada momento de los entrenamientos de madrugada.
Con mucho sacrificio, entrenamiento y guía de los coaches (y algunas carreras de 5k, 10k y hasta un 21k que se fueron atravesando) a los 6 meses de la entrevista inicial con el coach terminé mi primer Ironman 70.3 en Cozumel. Fue una de las mejores sensaciones de mi vida correr por la alfombra azul y cruzar la meta. Había terminado un medio Ironman 6 meses después de no haber podido terminar ni un 5k. No pasó ni un minuto desde que crucé la meta cuando pensé…ahora sí vamos por el Ironman completo y me inscribí para el Ironman Brasil que sería en 8 meses.
El camino para el Ironman completo no fue fácil, tienes que dedicar tiempo, tienes que sacrificar salidas en la noche para dormirte temprano y despertarte en la madrugada para salir a rodar. Eventualmente y sin darte cuenta vas viendo que tu estilo de vida cambia ya que tus salidas con amigos que antes eran por la noches a un restaurant, ahora son en las madrugadas a alguna carretera para rodar juntos. Tu vida cambia completamente y ya que estas ahí, te das cuenta de lo que te habías perdido antes.
El día del Ironman.
6:58am en Florianópolis, Santa Catarina, Brasil. En el sonido local se escucha “levanten la mano las personas que están haciendo su primer Ironman” y levantamos la manos alrededor de 1500 personas de las 3000 que estábamos en la orilla de la playa esperando el disparo de salida del Ironman Brasil 2015. Los nervios estaban de punta, me acordaba de la entrevista inicial con el coach 14 meses atrás cuando me decía “en un año estás listo para ser un Ironman” y yo nunca le creí. Ahí estaba a punto de empezar una aventura que duraría más de 12 hrs pero que si lograba terminarlo cambiaría el resto de mi vida.
7:00am. Entre el ruido de las lanchas y los helicópteros que estaban presenciando la salida del evento (y un paisaje simplemente espectacular) se escucha un cañón que significaba el inicio del evento para el cual me preparé por 14 meses. Los 3000 participantes corrimos a la playa, saltando las olas para echarnos un clavado y empezar el recorrido de los 3.8kms. El agua estaba fría pero con el nervio y adrenalina ni cuenta te dabas. Empezamos a nadar entre codazos y patadas, entre olas y un par un poco picado. Después de unos 500 mts ya pude agarrar el ritmo y disfrutar el resto de la distancia. En ese momento que vas nadando sabes que todavía tienes muchas horas por delante así que es mejor “disfrutar el paseo”.
8:00am. Salí del mar entre toda la multitud de gente animando a los participantes. Veo el cronómetro, 1hr en los 3.8kms de natación y pienso, padrísimo, ahora a volar en la bici. Voy a terminar con un muy buen tiempo este evento..….pero no sabía que el destino me tenía preparado una sorpresa….
8:08am Salgo del área de transición con la motivación en el cielo. (Un compañero de equipo y excelente amigo me llamó un día antes del Ironman para darme consejos para el día del evento y uno de ellos fue que empezara con pasos suaves en la bici los primeros 10 minutos aunque me desesperara para que le diera oportunidad a las piernas de acumular sangre y después a darle). Empezó todo muy bien, de acuerdo a plan, pasos suaves al inicio. Pasan 10 minutos y estaba listo para volar en la bici, intento cambiar velocidad y me doy cuenta que el shifter no respondía. Tranquilo, no pasa nada, es la adrenalina que no me está dejando pensar bien, intentemos de nuevo. Muevo el shifter y nada… ok, no entres en pánico, intenta una última vez… y nada! Mi motivación en ese momento acabó, me faltaban 175 kms y los cambios no funcionaban. Me paré, me bajé de la bici y fue a revisar el desviador trasero esperando encontrar una flecha amarilla que me dijera, oprima aquí para solucionar el problema. En ese momento estaba en pánico, tantos meses de preparación, tanto sacrificio, en un lugar espectacular para hacer mi primer Ironman y me pasa esto. A los 10 minutos de haberme parado llega un mecánico y le explico el problema con mi portugués inexistente. El mecánico revisa la bici y el shifter y me dice “no tengo nada que hacer aquí, lo siento, tendrás que abandonar la carrera”. Ahí si toda mi motivación y emoción por estar haciendo un Ironman acabó. Me pasó por la cabeza abandonar. Hacer un evento de este tipo es una locura y hacerlo con una bicicleta sin cambios, imposible….pero ya estaba ahí. Ya había trabajado mucho para ese momento y lo menos que podía hacer es intentarlo. Algo que aprendí muy bien en este deporte es no rendirte, tu cuerpo te dirá que ya no puede más pero tu mente siempre tiene que estar un paso adelante y no rendirse. Así que contra todos los pronósticos le dije al mecánico que pusiera la cadena en una estrella del centro y así me fui. Cada vez que veía a un mecánico me paraba y le explicaba el problema esperando que un iluminado me dijera “listo, ya quedó”. Me paré más de 5 veces con diferentes mecánicos y todos ellos me dijeron, “no hay nada que hacer aquí”. Ya después del 6to o 7mo mecánico me resigné pensando…vamos a morir en el intento, a darle!
Después de 6:30hrs de haber empezado con la bici entré en el área de transición. Me bajé con las piernas tan firmes como espagueti cocido, estaba cansadísimo, las subidas con un solo cambio me había quemado completamente las piernas pero estaba muy motivado porque pensé que si pude terminar 180kms con un solo cambio en la bici, ya no había nada que me separara de la meta (solo 42k corriendo).
Empecé a correr los 42k con toda la energía y motivación. Fue espectacular correr por parte de la ciudad de Florianópolis, no hubo un solo kilómetro sin que la gente estuviera animando a los participantes. Verdaderamente disfruté mucho esa última etapa del Ironman.
En el km 41 empecé a escuchar la música y el sonido que tenían en la meta, la gente gritando y aplaudiendo a las personas que iban llegando. A partir de ahí, aun y cuando te duelan todas las partes del cuerpo, inclusive aquellas que no sabías que tenías, la piel se te pone de gallina por la emoción del momento previo a la meta. Cuando pisas la alfombra azul unos metros antes de llegar a la meta, se te olvida todo el dolor, sacrificio y esfuerzo que tuviste que hacer para estar ahí y empiezas a darte cuenta que puedes lograr lo que sea. Estar a punto de cruzar la meta de un Ironman es una sensación muy difícil de explicar, te sientes feliz, invencible y agradecido con la vida por tener la oportunidad de estar ahí y finalmente cuando cruzas la meta y escuchas el sonido local diciendo “¡¡¡César, vocé e un Ironman!!!”….simplemente todas las emociones que tiene un ser humano se concentran en ese momento y explotan. No hay manera de describir lo que uno siente al vivir ese momento pero es algo que te queda marcado para el resto de tu vida.
Ahora entiendo bien la frase: “Anything is Possible”
Cesar Corona